martes, 30 de agosto de 2011

Mi recordatorio

Tengo textos pendientes, guardados en el desorden del mis cuadernos, así que prefiero escribir aquí mi deuda literaria como incentivo personal hahaha.

La cafetería de ciencia ficción

La caminata descalza

La noche de los tropezones

El final del primer capitulo

La aflicción de una manzana

Su clásica pelea de lazers

Análisis de películas

La revolucion chilena

El baño máximo (LISTO! =D)

Otros (cuando recuerde los que me faltan, los agregare, cuando escriba los pendientes los marcare como escritos)

El máximo baño, el de la facultad de música y danza de la chile

Una de las cosas más maravillosas que rescato de esa facultad, sin afán de ser descalificativo es el baño del 1er piso, no porque todo lo demás fuera una mierda sino porque realmente mis mejores cagadas fueron allí.

Que ese cubículo de puerta sin pestillo sea tan espectacular radica en sencillos elementos que mejoran la experiencia anal compunjitiva, partiendo por el practico y fantástico hecho de que casi siempre tiene papel higiénico (facultad de la cual los baños de pisos superiores parecían carecer) razón de sobra para visitar el cuartito azulado, aparte de ello las infaltables consignas de lucha y citas peneo sexuales del muro otorgan la distracción ideal para el cagador casual o frecuente (uno mismo puede sumarse al ejercicio creativo mientras despacha submarinos por el trasero).

Como si ello no fuera suficiente, y acercándonos a la característica distintiva de dicho mierdero, el reducido espacio posee una ventana tremenda que en su apertura da paso a la brisa que refresca hasta la más estresante convulsión intestinal de emergencia.

Pero por sobre todo lo antes dicho, oíd lo siguiente, esa ventana da al patio interior de la facultad, facultad que en su forma de U captura los sonidos de las salas de ensayo de pisos superiores donde estudian música los instrumentistas, y el resultado es la más inspiradora presentación improvisada disonante cuasi canónica para reflexionar con las nalgas escarchadas en el trono blanquecino de la cagada.

No he encontrado foso séptico ni mierdero empingorotado que se compare al deleite visceral de semejante instancia de expresión interior.

viernes, 26 de agosto de 2011

Amarga satisfacción

Estuvo allí recostado, enfermo y cansado, con su cabellera larga Alejandro, Eduardo permanecía atemorizado observando, con el cuerpo recogido en culpa y la voz mordida en su interior, pero basto con un gesto de los brazos de Alejandro y cálidas palabras de reconciliación para que Eduardo tornara su rostro compungido en la mirada de un joven alumbrado por la felicidad, Alejandro recibe de largos brazos y barbado apretón a Eduardo, asegurándole que puede ir tranquilo a casa. Entonces se retira calmo, dejando al enfermo en su lecho de calidez, tranquilo porque fue protegido y mirado con fuerza, se le hablo con firmeza y sonrió con transparencia.

Pero Alejandro permaneció con una amarga satisfacción en la boca, no le calzaba que, siendo hijo de Eduardo, fuese él quien debiese cuidar a su padre una vez más.

lunes, 22 de agosto de 2011

El cuento mas corto en la historia de la humanidad y todos los tiempos

Menti, no es el mas corto ni planeo sintetizar, no comunicar algo en especifico. Me gusta la idea de perder tiempo ejercitando el absurdo,

¿continua? pues si.

Caudal

He bebido, Ganimedes poso su recipiente sobre mis labios y me ha dado a tomar la vida, espesa, metálica y electrizante, atravesó mi cuerpo fulminando mi voluntad mortal.

Fue un lapso breve pero suficiente para ahogar repetidas veces las sombras de mi memoria.

jueves, 18 de agosto de 2011

Encuentros

Quiero escribir sobre lo fortuito. Me he encontrado con gente en la “calle”, desconocidos, de esos con los que uno no suele hablar, los que miras por el reflejo de los vidrios del metro, de los que pasan a tu lado y corren la mirada, es a ellos a quienes he acudido y me han encarado. Siempre es extraño he incomodo, darse de a portazos con el desconocimiento, el riesgo de exponerse a alienes de tu realidad, estrujar los sentidos tratando de entender al raro que tienes en frente.

Por supuesto para ellos no es diferente, si les hablas temen, si te hablan temen y nunca sabemos bien que decir, no hay cosas en común (aun) y podrían haber más bien desacuerdos, o ser un alguien agresivo.

Pero la ficción se desmorona frente a la realidad. Cada vez que hablo con un desconocido me encuentro con un mundo nuevo, un agradable momento o una interesante anécdota, cuando un comentario alegra el día o sencillamente me saco una duda que taladraba mi cráneo y no podría haberla disuelto si no hablaba a aquel o aquella en ese momento preciso. He conocido gente con la que me vuelvo a encontrar o quedamos de vernos, también a los otros que nunca (posiblemente) vuelves a ver, y está bien así, volátil e inesperado, con un gusto a intriga y mística humana, dejando tras de sí nuevas amistades o historias interesantes.

Es por ello que ahora en mi ropero cuelga una chaqueta que no me queda, con el olor de un hombre desesperado por la desgracia, y sobre mi mesa yace una roca de un hermano que me contara sobre su familia. A ellos y a tantos otros les doy las gracias por enriquecer mi perspectiva, por desburbujarme. E invito a los demás a ejercer la calidez, la fortaleza de la apertura, cura poderosa a las soledades del ciudadano enajenado, consumido por la soledad y el miedo.